Recuerda
Vanessa
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Su mente estaba pesada, igual que su cuerpo.
Recuerda
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Todo estaba oscuro a su alrededor, tal vez porque no lograba reunir fuerza suficiente para levantar los parpados
Vanessa
Clip clip clip
Los sonidos empezaron a rodearla; pasos, voces, puertas abriéndose
Vanessa
-25mg de...
-...Signos vitales...
-...muestras para...
-...Analisis de ADN...
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Ok, esto se está poniendo extraño, paso 1 abrir los ojos...
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Suero, el suero se administraba gota a gota, conectada a una intravenosa. La cual, que curioso, se conectaba a su brazo.
Tres personas se movían por el cuarto pálido revisando tubos de ensayo, papeles en tabletas y aparatos extraños. Sentía como si hubiese estado en una licuadora, y le hubieran dejado el sistema digestivo en la garganta. Paso 2 recuperar su equilibrio.
Irónicamente mover las manos fue más fácil que abrir los ojos. Obligo a sus dedos a aferrarse a las asas metálicas a los lados de la cama. Haciendo palanca con los brazos logro poner su torso en una posición sentada. Su cabeza se movió, por cuenta propia, hacia delante movida por su propio peso, casi tocando sus rodillas. Alcanzó a usar las asas a las que sus manos seguían unidas para conservar equilibrio.
Tal vez sentarse no fue una de sus mejores ideas. Sin embargo, el movimiento pareció hacer que sus tripas cayeran en su lugar. También hizo que la atención de las personas en el cuarto se tornara a ella.
- Despertó
- Revisen signos...
Una joven, la única mujer en la sala, le puso la mano en la espalda y el hombro para darle estabilidad
-No deberías moverte – con cuidado, la volvió a recostar - te puedes desmayar.
Despacio movió la cama para que Vanessa quedara levemente sentada sin levantarla espalda del colchón
-Estoy bien... – hablando figuradamente -creo... – respirar era cansado.
Los otros dos hombres en la sala eran una versión joven y mayor de la misma persona. El joven parecía tener unos 25 años igual que la muchacha, tenia cabello castaño claro y ojos café. Por otro lado, el tercer hombre era canoso en cabello y barba, los mismos ojos café le miraban con seguridad y una confianza que denotaba total control de la situación. Un Doctor. Los otros debían ser sus hijos.
El doctor abrió la boca para hablar pero cualquier cosa que haya dicho se perdió en el rugido de un portazo.
-MALDITA SEA, tengo que saber...-
La frase se corto. Por la puerta que tan estrepitosamente se había abierto entro un hombre en cuya cara había señales de no haber dormido por mucho tiempo. Su respiración era agitada y su mirada atormentada, llena de frustración y angustia. Sin embargo toda su impaciencia se detuvo al ver a Vanessa.
La primera idea que Vanessa tuvo sobre él fue... Dios mío, que hombre tan guapo. A pesar de todo el dolor que se veía en su cara, nada podría desmerecer la belleza masculina de su rostro, ni toda la fortaleza de carácter que mostraba su cuerpo.
La segunda fue... Dios mío, está sufriendo. No tenía idea de que podría afectar a semejante persona. Y de alguna manera, no importaba, la causa no era importante, sino la consecuencia. No quiero que sufra.
El hombre se movió, casi cojeo hasta la cama sin apartar la mirada de Vanessa
-¿Estas...?-
-Estoy bien-interrumpió Vanessa, realmente no sabía si eso era lo que le preguntaba pero sonaba... Apropiado.
La mano del hombre se levanto titubeante pero solo se apoyo en las asas de metal a los costados de la cama.
- Te...- el pobre hombre estaba tan perturbado que no podía hacer una frase completa.
- Está bien –se sorprendió al ver su mano tomando la del desconocido, no recordaba haberla movido, solo quería calmarlo, darle paz – todo está bien, ya no te preocupes.- parecía que le hablaba a un animal herido.
Y por extraño que pareciese, daba resultado. La mirada del hombre pareció relajarse y su respiración se tranquilizo. No decía nada, dado el resultado de sus anteriores intentos no lo culpaba, solo la miraba incluso empezó a sonreír.
- Muy bien ya te desahogaste – dijo el doctor – ahora fuera y deja de cansar a mi paciente –
La atención del hombre por primera vez dejo a Vanessa para ver al hombre mayor
-Pero, yo...- empezó el desconocido
-No me importa si eres el príncipe de Gales, no puedes entrar en mi sala de operaciones como un caballo desbocado, - el doctor empezó a empujar al hombre hacia la puerta
- Usted no puede...
-Claro que puedo. Si tanto quieres verla, estoy seguro que la señorita te firmara una fotografía cuando se sienta mejor. Cosa que no pasara sino la dejas descansar. –con una firmeza que no parecía posible de una persona de su edad empujó al hombre más joven hacia la puerta -Ahora. Fuera.-el doctor cerró la puerta con el mismo portazo que había usado el desconocido para abrirla.
Vanessa no entendía que acababa de pasar. Pero la distrajeron las risas ahogadas de los jóvenes que nunca habían abandonado la sala.
-Papá, eres el único que puede hablarle así – dijo la joven
-Algún beneficio tenía que tener ser el único doctor que tiene –contesto sacudiendo sus manos una con la otra como si acabara de sacar la basura – ahora niña, - dijo mirando a Vanessa con una sonrisa amable –aparte del susto que debe haberte dado ese bruto ¿Cómo te sientes?
-Algo apaleada, pero bien. Pero el... Se veía bastante mal...
-Sí, está algo deschavetado pero nada que una noche de sueño y un café caliente no curen... Ahora la que importa eres tú. Por cómo te enderezaste veo que puedes moverte. ¿Cómo está tu cabeza?
-Me duele bastante, ¿Qué paso? ¿Várvara está...?
-Descuida, ella es indestructible, o al menos eso piensa... Estaba muy preocupada por ti. Deja que yo arregle tu cuerpo y ella satisfará tu curiosidad
Várvara había estado en ese cuarto varias veces. Sin embargo, no se había sentido tan inquieta, cuando ella era la paciente. Camino directo a la cama ante la sonrisa radiante de Vanessa.
-¡Estas bien!
- ¿Por qué no habría de estarlo? – Várvara se encogió de hombros – yo no recibí un beso de un cañón laser
- No tengo... idea de que sea eso, pero sí que dolió
- Me salvaste la vida- Dijo la rubia poniéndose seria
- No fue nada - realmente Vanessa no lo veía tan grande. Después de todo, si ella estaba viva, a Várvara el "beso" no le hubiera hecho mucho daño- ¿Los demás están bien?
- Considero mi vida algo más que nada. Los niños están bien, mis amigos los interceptaron unos momentos después de que te bajaras de la moto
- En realidad eso fue...Involuntario -¿los niños? Y ella que era, ¿El adulto? ¿El fenómeno?
- Querían venir a verte, pero no sabíamos cuando despertarías, los instale en el hotel el primer día
- ¿Primer día?
- Has estado inconsciente 4 días-
- ¡Cuatro días! Pero, no me siento... Diferente – Várvara solo levanto las cejas - bueno un poco, es que...Han pasado muchas cosas
- Y que lo digas – dijo sentándose en la cama- El doctor dice que tendrás que quedarte esta noche. Pero mañana serás libre a un que estarás algo cansada así que te dará unas vitaminas.
- Algo así me dijo, parece una persona amable-
- Es muy paciente, tiene que ser lo trabajando aquí-
- Alguien...- Vanessa no estaba segura de abordar el tema, pero de alguna manera Várvara le daba confianza -...entro en la...sala, cuando estaba despertando
-Ahhh sí, quiero hablarte de eso también, pero aquí no. Mañana vendré por ti para llevarte a mi oficina, allí tengo algo que quiero mostrarte...Y pedirte
-Claro, te debo mucho Várvara, si hay algo que pueda hacer por ti lo hare con gusto
-Ojala fuera tan fácil...- Dijo Várvara desviando la mirada – te dejare descansar por ahora, mañana será un día... Interesante.
- Várvara –la detuvo Vanessa antes de que saliera
-¿Si?
- Han pasado cuatro días, mis papás deben estar preocupados ¿Hay alguna manera de avisarles que estoy bien?- la rubia negó con la cabeza
-Créeme que si hubiera yo misma me habría comunicado. No te preocupes por eso, mañana te explicare como haremos para que tu familia no sufra ni un segundo. Te doy mi palabra.
-Muchas gracias – a Vanessa se le cerraban los ojos – mi familia es... lo más importante para mí.
-Lo sé – dijo Várvara cerrando la puerta
Hermoso.
Era la única palabra que Vanessa pudo encontrar para definir el palacio principal de las mariposas. Y no es que el edificio no fuera elegante o pulcro. Tenía que serlo al ser el lugar de mayor movimiento administrativo del club. También era donde se llevaban a cabo las juntas masivas, se asignaban trabajos y se planeaban estrategias. Sin embargo, toda esa imagen de importancia y seriedad se encontraba en una hermosa fachada de castillo de cuento de hadas. Las puertas de cristal de la entrada se abrieron dando paso a un elegante vestíbulo alfombrado. Los ventanales dejaban entrar la luz mostrando los acabados victorianos de las paredes.
Várvara la condujo al elevador, también de cristal, que le permitió ver los finos aunque breves jardines que rodeaban el edifico. Pasillos de mármol y puertas de madera fina custodiaban el acceso a oficinas y laboratorios donde toda mariposa tenía un lugar y propósito. Era un lugar hermoso. El tipo de lugar al que no le seria incomodo ir a trabajar cada día.
Vanessa estaba ansiosa. Várvara le había dicho que le explicaría algo importante en su oficina. Al principio le intrigo el hecho de que los otros adolescentes no estuvieran con ella. Desecho la idea fácilmente. Si habían pasado 4 días lo más probable es que les hubieran informado mientras estaba inconsciente.
Las puertas del elevador se movieron elegantemente al abrirse, revelando un vestíbulo sobrio en tonos vino; dos sillones cómodos y un largo escritorio muy bien ordenado rematado con una muñeca tamaño natural representando el estereotipo de la secretaria perfecta. Cola de caballo, lentes no demasiado pesados, traje ligero sin ser atrevido; conservador sin ser aburrido. La muñeca, excelentemente bien hecha, estaba sentada en perfecta pose tras el escritorio.
Vanessa estaba a punto de preguntar cuando la expresión de la muñeca cambio de concentrada a sorprendida.
- Bu… buenos días Señorita… -
Hay Dios… parece que la muñeca… no es muñeca…
- Hola Janet – Saludo Várvara – ¿Está todo listo?
- Siss… si – tartamudeo Janet cambiando la vista de Vanessa a Várvara – las señoritas Castellán y Gutiérrez están en… - la cabeza de Janet parecía moverse sin su consentimiento poco a poco hacia Vanessa - …su oficina-
- ¿Y Flora? –
- Llamo hace un momento. Está en camino
- Estupendo, llámame en cuanto llegue
Várvara no espero, ni recibió la respuesta de la secretaria. Se dirigió a una puerta situada junto al escritorio de Janet indicándole a Vanessa que la siguiera. Vanessa espero a que Várvara cerrara la puerta de la oficina
- Wow, que linda… –
- Si, así soy desde chiquita – la voz desvió su atención de Várvara para enfocarla en las dos mujeres sentadas en la cómoda sala interior de la oficina. Decir mujeres era estirar demasiado el término. Zafiro era una persona “normal” pero le sorprendió no asombrarse al ver a Coty. Claro; Cambio de cuerpo, Vuelo en una burbuja, Me disparan con un laser, Hay una muñeca de secretaria ¿Por qué no me sorprende un gato de 2 metros con ropa?
- Tu siempre tan humilde…– Dijo Várvara acercándose a la sala.
- Creo – dijo Coty levantándose, antes de que Zafiro respondiera – que sería pertinente una… presentación -
- Claro… - Várvara hizo una seña a Vanessa para que se sentara en el sillón doble de tal manera que quedara frente a Coty y Zafiro mientras que ella se sentó en el único sillón individual en el lado angosto de la pequeña mesa de cristal. – Vanessa, ellas son las Coty y Zafiro. Segunda y Tercera al mando del club.
- Un placer – contesto Vanessa un tanto confusa. Desde la posición donde estaba era observada por las 3 mujeres. Sentía como si le fuesen a decir que reprobó un examen o que murió su perrito.
- Te debes estar preguntando porque estamos aquí – dijo Coty amablemente
- La idea me cruzo por la mente
- Antes que nada – contesto Várvara – creo que debo… debemos explicarte la historia del club y como llegamos aquí-
¿A dónde va esto?
- Te he dicho – prosiguió Várvara – que soy la Segunda Líder del club, la Líder, la primera, fue quien fundo el club. Su sueño era ayudar a las personas a acercase a Dios.
- Su historia es algo complicada – tercio Coty
- Nadie está seguro de donde vino – dijo Zafiro – ni siquiera ella misma, solo sabemos que un científico llamado Omar la encontró cuando tenía 3 años –
- A pesar de ser tan niña tenía ciertas… habilidades que nadie entendía –
- ¿Habilidades? – pregunto Vanessa, hablaban como si la mujer sacara fuego por la boca o se convirtiera en lobo
- Era fuerte físicamente… o al menos lo era por ratos. – Explico Coty - Podía reflejar energía pero no a voluntad. También podía curar si lo deseaba mucho.
- Omar trato de entender sus poderes. – Prosiguió Zafiro mas fríamente - Como científico trato buscar causa y consecuencia. Con el tiempo fueron saliendo mas, velocidad, telepatía…
- Alas de mariposa – dijo Vanessa. No era una pregunta, aunque Várvara no tenia alas el nombre del club le había hecho suponerlo ¿verdad?
- En su momento, ella quiso volver a su hogar, - continúo Coty suavemente - como te dijimos no sabía bien de donde vino, pero tenía suficientes recuerdos para identificar tu mundo
- ¿Ustedes no son… humanas?
- Yo si – dijo Zafiro, - soy de España
- Yo no – contesto Coty – Aunque es bastante obvio, se movió mucho antes de fundar el club. Yo me uní casi desde el principio
- Ella y el hijo de Omar fundaron los clubs; mariposas para mujeres, halcones para hombres
- Pero la cosa no acabo ahí, – Prosiguió Várvara ansiosa de llegar al punto - como te imaginaras pasar de esta dimensión a la tuya no es nada sencillo. Así que un día, después de orar mucho, los líderes regresaron con esto – Várvara extendió su mano sobre un pequeño cubo encima de la mesa. Vanessa se quedó asombrada al ver delante de ella una imagen proyectada en tres dimensiones de un diamante enorme – Este es el diamante temporal, permite un desplazamiento espacio tiempo tridimensional. Con esto, fuimos capaces de llegar a tu dimensión y poco a poco Dios nos ha personas que se han unido a nuestra causa.
- Sin embargo, el diamante resulto ser más que un canal de viaje. – Terció Zafiro - Es una fuente de poder ilimitado que existe fuera del tiempo. Gracias a su estudio, el diamante nos ha permitido crear una coraza para defendernos de nuestros enemigos.
- Enemigos como los piratas o las plantas que te lastimaron -
- No siempre ha sido fácil, se han suscitado varios intentos de robarlo. – Explico Coty - hace unos años el diamante sufrió un fuerte golpe de un arma por parte de un ataque enemigo. Esto hizo que el diamante se… desestabilizara provocando fluctuaciones de energía en el espacio-tiempo –
- Afortunadamente, los lideres pudieron controlarlo antes que pasara a mayores, -continuo Várvara deseosa de tener la atención de Vanessa. Esto era importante - Para ello la Primera Líder uso su espada para crear una base de poder que les sirviera de apoyo. Así el diamante quedo fijo a la empuñadura.
- La espada que tenías en la cueva – dijo Vanessa mirando a Várvara
- Debido a un descuido imperdonable, un los piratas lograron colarse a la torre del diamante. – Zafiro sonaba apenada, al ser la encargada de seguridad sentía que esa falla recaía en ella más que en nadie. -Querían robar el diamante. La guardiana evito que robaran el diamante pero en el forcejeo se separo de la espada.
- Los piratas escaparon con la espada, por eso fui por ella y te encontré… - termino Várvara
- Pero ahora todo estará bien si colocan el diamante en la espada… - alego Vanessa esperanzada, toda esa plática le olía a que venía un gran PERO
- Por desgracia no es tan simple, el daño al diamante ya es demasiado grande. Necesitamos que los líderes vuelvan a estabilizarlo y usen la espada para que se mantenga así.
- ¿Qué hay de la guardiana? – ¿Por qué pregunto eso? Debería estar más interesada en cuando podría volver a su casa, o al menos como harían para no preocupar a su familia
- Ha estado controlando el diamante lo mejor que puede pero cada vez la energía es mas incontrolable.
- Hay otro problema. Aunque soy la Líder no tengo suficiente poder como lo tenía La fundadora, no podre estabilizar el diamante. Ahí entra lo que quería pedirte… quería… queremos que tu estabilices el diamante temporal